Estrategias
Áreas que valoramos en nuestro trabajo terapéutico para intentar conseguir el cambio
Ansiedad
Creemos que la ansiedad es el principal factor que afecta a nuestra conducta. En ocasiones lo hace de modo dramático (un ataque de pánico) y, en ocasiones, de modo más sutil, como una gotera que no inunda un piso pero sí estropea las paredes. Tanto el exceso como el defecto pueden condicionar nuestro comportamiento (conocemos personas con un nivel cero de ansiedad que, no por ello, plantean una vida más llevadera).
Si observamos nuestro pasado comprobamos que la mayor parte de nuestros comportamientos se vieron afectados de un modo u otro por esa ansiedad, bien previamente a nuestras decisiones, bien condicionándonos después de ellas. Aprender a manejar esa ansiedad es, también, aprender a manejar la conducta (y aprender a manejar la conducta puede modificar igualmente nuestra ansiedad)
Imaginación
La realidad ocupa un 20% de nuestra vida. Creemos que el otro 80% son procesos imaginativos que, incrustados y normalizados en nuestra cabeza, nos condicionan a menudo de un modo a menudo negativo (no siempre, obviamente. Por suerte muchos de nuestras imágenes son positivas). Prever (imaginar) situaciones negativas generan un incremento de la ansiedad que, a su vez, incrementan los pensamientos negativos. Casi todas nuestras conductas (el miedo al abando, el temor a una conducta problemática de nuestro hijo, el miedo a quedarnos en blanco ante un examen...) están mediadas por la imaginación de un modo tan marcado que llegamos a no detectar el perjuicio que nos causa
Consciencia
Tener consciencia de nuestro yo, de nuestras características, aficiones y defectos, de los miedos que afrontamos o rehuimos, es quizá la parte más compleja de este trabajo. Como la espalda, llevamos la consciencia encima sin poder verla. Curiosamente nos resulta más sencillo hacer una lectura de la mente de los demás que de nosotros mismos.
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Lo anterior no deja de ser un muy breve resumen de los puntos principales que abordamos para iniciar un cambio. No son los únicos. La fuerza de voluntad y constancia, además del autocontrol y el modo de afrontar las circunstancias de la vida (¿son un reto o un problema?) van a condicionar avances, retrocesos o estancamientos. Intentar mejorar estos aspectos, modificarlos y superarlos será lo que facilite el cambio y permite una mejor adaptación a una vida que no siempre es fácil
En general se trata de abordar una nueva forma de terapia cognitivo-conductual en la que se plantean estrategias para modificar pensamientos y comportamientos, actitudes, habilidades sociales y todos aquellos aspectos que facilitan una mejor relación con nosotros mismos y con nuestro entorno.